martes, 27 de abril de 2010

La creación poética en la clase de E/LE /Por Lola Granados

A que no sabes en qué se diferencia el hombre de los simios: en la escritura. Perdonen la broma, es una invitación a la reflexión sobre la importancia de la expresión escrita en nuestras clases. Las numerosas investigaciones que avalan la relación existente entre la escritura y el desarrollo psicológico y psicolingüístico del individuo nos obligan a plantearnos si le damos la debida importancia a esta destreza en la clase de E/LE.

Durante mis años de docencia en este campo los estudiantes han escrito para rellenar huecos, para tomar notas, pequeñas historias previamente trabajadas en grupo, composiciones más largas, etc. Muchas veces los estudiantes mostraron reticencias a escribir; preferían hacer los ejercicios orales. Ante las composiciones más largas todavía siguen preguntando, “¿Pero tenemos que escribir aquí?, ¿no podemos hacerlo en casa?”. Luego, a la hora de corregir, tuve que desarrollar una habilidad especial, común al resto de mis compañeros para entender algunos textos: la mayoría tienen problemas de lengua pero sobre todo de cohesión, división de párrafo y en menor medida de coherencia, sin olvidar los inherentes a una lengua extranjera.

Cuando la escuela adoptó el enfoque por tareas con los manuales que habían salido al mercado concebidos a partir de lingüística discursiva, las actividades escritas tomaron nueva relevancia y se negoció con los estudiantes trabajar en el aula la escritura. En ocasiones la oralidad se sustituyó por su transcripción y en la mayoría de los casos se recogía en el papel el resumen de la discusión o las conclusiones a las que se llegaba hablando. Los compañeros comentaban las dificultades que suponía la corrección de estos textos y se ceñían en su gran mayoría a marcar los errores de lengua. Con el tiempo preparamos una serie de tareas posibilitadoras que mejoraron notablemente su expresión, facilitaron nuestra corrección e infirieron directamente en el aprendizaje. ¡Bingo!

Todo menos poesía. ¡Qué pena! Nuestra lengua sirve para comunicar todo menos la reflexividad, los procesos imaginativos, el ritmo... ¡No puede ser! Pero cuando propusimos a los estudiantes hacer un poema aparecieron sonrisas o gestos como Yo no puedo. Cuando la actividad se planteó con objetivos gramaticales los resultados fueron desastrosos. ¿Por qué no dar la posibilidad a los alumnos de que se expresen libremente en poesía?

Me propuse enseñarles a hacer metáforas: partí de las analogías verbales. A medida que iban ampliando su vocabulario reconocían las relaciones existentes entre ellas y aprendían la técnica. Por ejemplo:

¿Cuál es la diferencia entre niño y niña?

Los estudiantes respondieron que el sexo o el género. ¿Y entre niña y mujer? La edad. Si yo escribo niña-mujer, niño-..... ¿qué palabra falta? Ellos siempre dan con la solución correcta, ¿y ustedes?

¿Y si escribo niña-niño, mujer-.....?

A partir de aquí les marqué algunos ejercicios similares y les pedí que crearan ellos sus propias analogías para los compañeros. A continuación trabajamos con metáforas que contenían analogías similares a las anteriores: ¿Qué analogía está implícita en “las ventanas son los ojos de la casa”? Con actividades similares vimos la técnica de la comparación, cómo puede aparecer en forma de un verbo en la metáfora: Las olas lamían la playa (como una lengua). En niveles altos se sintieron felices cuando comprendieron la técnica de una metáfora tan elaborada como la lorquiana:

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos

(rayos-luna, polisón-vestido; los rayos son como un polisón de nardos)

A partir de este momento tuve la certeza de que los estudiantes, entusiasmados por la posibilidad de jugar con el español, tenían ganas de hacer poesía. Probé en primer lugar con Gloria Fuertes por su sencillez de técnica y de mensaje. Analizamos el proceso utilizado en Poesía, poesía:


La lágrima,
la risa
y en medio la nariz. La lágrima,
la risa
y en medio la nariz.
(mostrar la relación con la realidad)



El cielo,
el llano
y en medio el aeroplano. El cielo,
el llano
y en medio el aeroplano.
(mostrar la rima)



La nieve,
el frío
y en medio el río.
La nieve,
el frío
y en medio .................
(completar)



La nube,
el mar
y en medio el calamar.
La nube,
el mar
y en medio .................
(completar)


La selva,
la palmera
y en medio la pantera.
La selva,
la palmera
y en medio .................


(completar)


El ángel y el diablito
son dos,
y en medio Dios.

El ángel y el diablito
son dos,
y en medio .................


(completar)




Estos fueron algunos de los resultados:

la noche
la ropa
y en medio la copa.

(Sebastián Gröndahl)


Un tren
Un estacion
Y en medio un solo corazon

(Per Ericsson)


Inglaterra
Francia
y en medio La Mancha

(Jack)


la mesa,
la cerveza
y en medio mi cabeza

(Alex)


Cada estrofa de un estudiante, de un nivel y de un país diferentes; es un ejemplo que he trascrito sin corregir.

Comprobé que se estaban divirtiendo, colaboraban con los compañeros y se leían sus textos unos a otros, algunos confesaban la dificultad que les suponía enfrentarse a la lengua desde un punto de vista más imaginativo y rítmico pero todos participaban.

Les propuse una composición más lírica y libre: el haiku.

Analizamos juntos unos cuantos modelos de poetas japoneses y les pedí su visión de la naturaleza en versos de 5-7-5 sílabas. Acudieron a su cuaderno, pensaron, apuntaron, contaron con los dedos, escribieron solos o por parejas, y al final, estos resultados:


Las nubes grandes
cuando se abren poco
se llueve mucho

(Sonia Lakhanpal)


La luna llena
pájaro sobre rama
juntos ¡qué escena!

(Sebastián Gröndahl)


Todos los autores de estos poemas asisten al taller de escritura en CLIC-IH, Sevilla. En general, los asistentes manifiestan que se han divertido y han disfrutado de la clase pero también nos dejan mensajes de imaginación, sensibilidad y cultura. No es un taller literario, de manera que no analizamos su valor artístico. Para mí es la manera que tienen mis estudiantes de manifestar en español su visión de la poesía y pongo toda mi fe poética en leerla como tal.

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